17 Mar AUTOMATIZACIÓN; CLAVE EN LA RELOCALIZACIÓN DE EMPRESAS
El fenómeno del “Reshoring”: ¿Qué papel desempeña en la automatización de procesos?
La llegada del Covid-19 está suponiendo un replanteamiento de la estrategia empresarial a todos los niveles. La implantación de procesos como el teletrabajo y el “Reshoring” (Relocalización de empresas) se están viendo acelerados. Cada vez son más las investigaciones que se centran en el estudio del fenómeno “Reshoring”.
El “Offshoring” (deslocalización) fue una tendencia acogida por una gran mayoría de empresas fabricantes. La fabricación en países como China o Taiwan resultaba atractiva debido a los reducidos costes salariales, sin embargo, la misma también suponía una serie de retos como son la gestión y el control de la cadena de suministro, contratación, control de proveedores y control de calidad a miles de kilómetros de distancia. Actualmente, el panorama está cambiando, por un lado, con la aparición de nuevas tecnologías y, por el otro, debido al cambio en los patrones de consumo de la sociedad. Los consumidores actualmente valoran altamente aspectos como la rapidez, la personalización y la calidad.
Esta situación ha hecho que empresas como MANGO y Orbea hayan optado por la relocalización de sus plantas productivas como respuesta a este cambio de tendencia en el consumo. Algunos de los principales motivos que llevan a las empresas a relocalizar sus empresas podrían ser: la menor diferencia entre los costes salariales, el ahorro en transportes de mercancías, la cercanía al consumidor, mejores estándares de calidad, mayor rapidez de respuesta frente a cambios de demanda, y posibilidad de disponer de mano de obra más cualificada para afrontar esta nueva era tecnológica.
Además de ello, hay circunstancias políticas que están influyendo en el proceso de “Reshoring”. La incertidumbre que plantea la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el brexit y las barreras arancelarias, hacen que replantearse la estrategia empresarial sea algo fundamental para muchas empresas.
Repercusión del coste productivo sobre el precio final del producto. Es importante decidirnos entre un tipo de automatización u otra.
Según un informe del Bank of America Global Research, un 83% de las empresas de Estados Unidos tienen planes de relocalización, mientras que en los últimos 3 años 208 empresas europeas han vuelto a sus países de origen.
El estudio Made in Spain ¿otra vez?, elaborado por la EAE Business School, expone que del total de empresas europeas que han relocalizado su actividad, el 26% lo ha hecho por cuestiones tecnológicas, el 38% por motivos de negocio (calidad, tiempos de entrega, defectos, costes, diferencias culturales y problemas de comunicación) y un 21% debido a los costes.
Relocalización de empresas: ¿Supone esta situación una oportunidad para la economía en general?
Tras una situación como la que se está viviendo últimamente, surgen nuevas oportunidades de reinvención y de búsqueda de estrategias de negocio distintas, que nos impulsan a salir del área de confort y hacer nuevos planteamientos.
La diversificación de la producción toma más sentido que nunca, ya que es la pieza clave para no ver comprometida nuestra actividad ante cualquier inconveniente que pudiera surgir.
Los avances tecnológicos en el campo de la automatización y la robotización, se instituyen como principal motivo de relocalización o “Reshoring”. Automatizar nuestros procesos productivos nos hace ganar eficiencia y rentabilidad. Nos supone un ahorro de costes considerable y conlleva la mejor distribución de los recursos, tanto económicos como humanos, hacia aquellas tareas que aportan valor añadido. No obstante, también hay otras razones por las que la relocalización unida a la automatización cobra sentido, como es el caso de la búsqueda de calidad, precisión y seguridad. En definitiva, debemos empezar a plantearnos que una buena estrategia de automatización puede ser una alternativa a la deslocalización de empresas, dado las ventajas que nos supone producir cerca del consumidor. Las tendencias del mercado han cambiado y, cada vez más, los productos son menos estándar y más variados. Todo esto hace más atractiva la fabricación en origen mediante la utilización de sistemas automáticos flexibles.
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